Sutil guardiana

En la antigua cultura samurái, las libélulas eran consideradas un símbolo de victoria, poder y agilidad, y se representaban en las armaduras de los guerreros más fuertes y valientes. En la cultura china, las libélulas son asociadas con la armonía, la prosperidad y la buena suerte. Y en América del Norte, algunas tribus las consideran un símbolo de felicidad, velocidad y pureza.

Este majestuoso insecto, miembro de la familia Libellulidae, pasa gran parte de su vida en estado acuático, como una ninfa que se alimenta de pequeños peces y otros artrópodos acuáticos. A través de un ingenioso sistema de propulsión a chorro, las ninfas pueden moverse con gran velocidad y destreza bajo el agua. Además, las ninfas son un indicador importante de la pureza de las aguas, lo que las convierte en un testimonio valioso de la salud del ecosistema acuático.

Una vez que se convierten en adultos, las libélulas se elevan hacia el cielo y defienden su territorio con gran ferocidad, marcando su presencia con sus intensos colores y sus movimientos elegantes y ágiles. Sus órganos genitales están ubicados de manera curiosa, lo que les lleva a formar el característico número 69 al aparearse. Con su belleza y sus habilidades únicas, las libélulas son una muestra de la majestuosidad de la naturaleza y un símbolo de la importancia de cuidar nuestro entorno.